Aumenta tu energía y flexibilidad mientras creas conciencia de tu cuerpo-mente, para sentirte mejor.
Vivimos en un mundo abarrotado de información, trabajo y productividad crónica que podría ser el cóctel perfecto de excusas para que no hagamos nada al respecto con nuestro cuerpo y nuestras emociones; pero siendo honestos, tú y yo sabemos dónde termina esto… Estrés, enfermedades cardiovasculares, con sobrepeso y sin energía, o al menos con un alto grado de insatisfacción.
Si ir a un gimnasio te estimula y te sienta bien, perfecto. Pero si no te basta para cambiar los hábitos y llegar realmente dónde quieres, o si has probado muchas cosas y ninguna te ha acabado de ir bien, si no has probado nada, o si incluso has probado yoga y crees que no te ha ido bien; date otra oportunidad, prueba una clase conmigo y luego tú decides.
Mi experiencia me dice que cambiar de hábitos es un proceso de consciencia acompañado de ejercicio, es aquí donde entra el arte del yoga.
En el Centro DESPERTAR: Centro de Desarrollo y Descubrimiento Interior
Hacer yoga es adoptar un estilo de vida sano que se ajuste a tu ritmo, encontrando un equilibrio físico y mental. Y así también aumentar la capacidad de disfrutar de los momentos especiales que te regala la vida.
Mediante él, lograrás reconectar con tu cuerpo, tu respiración y tu mente a través de posturas físicas, ejercicios respiratorios, relajaciones y meditaciones guiadas, que te darán una sensación de claridad y bienestar al final de cada clase. El objetivo es desarrollar conciencia, fortaleza, calma mental, así como equilibrio emocional, para obtener salud y bienestar.
– Reduce el estrés y la ansiedad.
– Aumenta la energía diaria.
– Potencia la calidad del sueño y ayuda a dormir mejor.
Mi experiencia me ha llevado a comprender que lo que realmente importa es enseñar, y por lo tanto aprender a sentirnos mejor, sin imposiciones. Aprender a aceptarnos en cada momento con lo que hay, con lo que tenemos, sentimos o interpretamos, tanto física como emocional o mentalmente. Una de mis prioridades es enseñar las bases para desarrollar atención, una atención mantenida, tranquila y relajada.
Esto permite desarrollar sensibilidad, honestidad y conciencia de todo lo que vamos pensando y haciendo, así como la manera en que nos va influyendo física, energética, emocional y mentalmente.
Yo creo que la clave para enseñar, sobre todo en un trabajo de yoga o bien espiritual, de crecimiento personal, de apertura de mente, terapéutico o como se quiera llamar, es que el profesor o terapeuta, fundamental y necesariamente haga primero su trabajo personal consigo mismo de forma honesta. Es decir, “trabajar y aplicar en mí mismo aquello que predico”. Lo que realmente transmite y ayuda a sanar, es el ejemplo, sin tantas palabras.
En definitiva, uno ha de amar lo que hace, sentirlo adentro y en mi caso, por lo que enseño, tomarlo como forma de vida si quiero que realmente funcione.
Si uno ayuda realmente con su trabajo o fuera de él, se ayudará a sí mismo y si se ayuda a sí mismo podrá ayudar, en la misma medida. Así lo creo yo y ese es mi propósito.
Antes de comenzar en alguno de mis grupos, ya sean presenciales u online, tendremos una entrevista previa, la cual incluirá una clase práctica. El propósito es que nos podamos conocer, intercambiar inquietudes y facilitar la adaptación a mi sistema.
También para saber si hay algún dolor, lesión o disfunción a tener en cuenta. Si la clase es presencial, podremos conocer previamente el lugar, y si es online nos aseguraremos de acceder sin problemas al sistema que utilicemos y de manejarnos bien en él. Normalmente las clases online son a través de la plataforma Zoom.
Trabajar y aplicar en mí mismo aquello que predico
Es un proceso terapéutico dentro del ámbito de la psicología humanista y transpersonal (entendida esta última como aquella que integra los aspectos espirituales y trascendentes de la experiencia humana). Incluyendo elementos clave de la terapia cognitiva y el enfoque psicodinámico.
Se centra en el autoconocimiento mediante la aplicación de herramientas prácticas y el ir dándose cuenta… Así, te facilitaré y te acompañaré con mucho gusto, a sumergirte en tu propio camino de autoexploración y liberación, haciéndote más consciente de tu cuerpo, emociones, pensamientos, instintos e impulsos.
– Acompañamiento en el proceso.
– Alivio de tus dolores y preocupaciones.
– Servicio personalizado.
Vacía tus preocupaciones y alivia el dolor, al transformar tu visión del mundo.
En el Centro DESPERTAR, hay una sala muy agradable y luminosa, con un gran ventanal y con vistas al mar. Está orientada hacia el sur y siempre entra el sol, al igual que en la consulta, donde se hacen las sesiones individuales. Todas las personas que han estado y están, expresan la buena energía que sienten y lo a gusto que se está. Es un lugar de paz donde puedes soltar lo que te pesa, desconectando de lo que no eres, para conectar con lo que realmente sí eres, para ir recordando el gozo que hay dentro de ti.
LLevo más de 30 años con la práctica del Yoga y 24 años enseñándolo a través de mis clases.
He hecho una formación de 4 años de Yoga Integral que incluye, además del Hatha Yoga, los cuatro Yogas principales: Karma, Raja, Jñana y Bhakti Yoga. Así mismo, he practicado Vini Yoga, Kundalini, Iyengar, Astanga Yoga Vinyasa y Yoga Dinámico.
Cuando me inicié en el Yoga, no sabía muy bien dónde me metía. Un compañero de trabajo me lo recomendó porque yo necesitaba ayuda. Uno de mis mejores amigos me decía que no aceptara la ayuda de nadie, que tenía que ser fuerte y recuperarme por mí mismo, pero yo ya lo había intentado con todas mis fuerzas sin conseguirlo. Aunque tenía un buen trabajo y me divertía mucho en mi vida, sentía como una sensación de frustración, de fracaso, no le encontraba el sentido a mi vida. Como si no diera la talla o no supiera vivir. Creo que era una mezcla de todo. Pero yo no sabía por qué me sentía así…
Seguir Leyendo Empecé con un tipo de meditación al que llamaban Kriya Yoga que me ayudó mucho y luego hice algunos cursos de rebirthing (renacimiento) y lo que llamaban sanación espiritual. Seguidamente ya empecé con las clases regulares de Hatha Yoga con un profesor con una gran sensibilidad. La verdad es que no había hecho nunca nada igual, aunque sí que había leído sobre los maestros yoguis y libros de autoayuda. En cualquier caso, todo lo que iba aprendiendo me parecía que en algún nivel yo ya lo sabía, me resonaba mucho. Y al mismo tiempo era novel e inocente en todo aquello. Lo que puedo decir es que me maravilló y me sentía como en casa después de un largo tiempo. Pensé que nunca más me iba a deprimir con lo que ya sabía y había experimentado, pero claro…jajajaja…volví a caer y más profundamente todavía. Hasta que comprendí, con los años, que un trabajo de liberación es un proceso que lleva tiempo. Pero si tienes paciencia, puedes empezar a sentir sus beneficios muy pronto. Sin embargo, el inconsciente es muy amplio y hay que tomárselo con mucha calma y confianza, con agradecimiento y muy buen humor. Ese es el camino, sabes hacia donde te diriges, pero no te centras en cuando llegarás al final. Aquí y ahora, a cada instante, no hay nada más.
