Algo que no he dicho y es muy importante, es que la apertura de las bases de los dedos y el enraizamiento correcto de los pies y de las manos, además de afectar positivamente a todo el cuerpo, estructura ósea, músculos, nervios… abre, refuerza y protege todas las articulaciones. Sobre todo las de los tobillos, rodillas, muñecas y codos. Aunque a priori un@ no se dé cuenta. Con la práctica se va tomando progresivamente más conciencia de ello.
El enraizamiento correcto se refiere al apoyo bien establecido, distribuyendo todo el peso por igual en toda la planta del pie, alargado y ensanchado. Las palmas de las manos hay que abrirlas y alargarlas también, e ir apoyando el nacimiento (la base) del dedo índice.
Aunque los pies y las manos no formen parte de la base de una determinada postura hay que mantenerlos siempre vitales, vibrantes y activos, mientras el núcleo del cuerpo (del ano al cerebro: ano, ombligo, garganta, mandíbulas, ojos, frente y orejas) permanece relajado, pasivo y receptivo. La energía bloqueada por la tensión en el núcleo del cuerpo se desplaza hacia la periferia y se distribuye por todo el cuerpo como potencial para la actividad, la nutrición o el rejuvenecimiento.
Los pies y las manos, al estar en la periferia misma de nuestra estructura física, se mantienen en oposición complementaria respecto al centro de la estructura: el núcleo de nuestro cuerpo. Se crea así un intenso potencial dinámico entre ellos, que si se activa puede cargar todo el cuerpo de vitalidad. He aquí porque mantenemos pies y manos vitales, vibrantes y activos y el núcleo del cuerpo relajado, pasivo y receptivo.
Como ya he comentado en el vídeo, en la postura de sentad@ con las piernas estiradas hacia delante, no deben extenderse los pies hacia delante exageradamente, como haría un bailarín, ya que produciría calambres en la eminencia plantar y estiraría excesivamente la parte anterior del tobillo, tensando el tendón de Aquiles. Las cuatro caras de la articulación del tobillo deben estar abiertas por igual, lo que significa que ninguna de ellas tiene que alcanzar su límite, pero tampoco ninguna se bloquea. Igualmente, los pies no deben flexionarse, llevándose hacia atrás con los dedos hacia las rodillas, lo que estiraría excesivamente el tendón de Aquiles, bloquearía la parte anterior del tobillo y acortaría la tibia. Los dedos del pie deben estar extendidos suavemente, como irradiando de la eminencia plantar, más bien hacia arriba que hacia delante, sin tensión añadida, ni en los dedos ni en los tendones.
En cuanto a las manos, gracias al alargamiento de los dedos y al ensanchamiento de las palmas, los músculos del brazo se alargan y se sueldan a los huesos. Esta acción es parte del modo global mediante el cual se extienden, estiran y estabilizan cuando se sostienen libres en el espacio (sin apoyo) tanto horizontal como verticalmente.
Para acabar quiero corregir una palabra, ya que la he dicho en catalán en lugar de en castellano, jeje. Cuando digo que se “enrampan” los dedos de los pies, me refería a que se contraen o, más literalmente, que dan calambres.
Buena práctica compañer@, teniendo en cuenta tus manos y, aunque estén lejos, también tus pies, pues ellos sostienen tu cuerpo, al menos para estar de pie y andar, bailar, saltar, correr…
Om Shanti
Namaste
2 respuestas
GRACIAS MIL SIEMPRE PARA TI.
Un abrazo querida Char.