Retiro de Yoga, Claridad y Paz Interior 1 al 3 de marzo

Un retiro para que entres en ti y te abras a la claridad de tu mente y a la Paz de tu Corazón.

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Curación física

Cuando sentimos dolor, malestar o enfermedad en el cuerpo, esta sensación suele atraparnos y, como es normal, solo queremos que desaparezca o al menos que se alivie. Nuestra atención, nuestros deseos se enfocan a curar el síntoma. Quizá pensemos en la causa, pero a menudo creemos que la causa también es corporal o de comportamiento. No solemos llegar más que a capas superficiales en la búsqueda de la causa, aunque a veces creamos haber encontrado la causa principal.  

Aunque no somos conscientes de este temor, nos asusta profundizar de verdad. De forma inconsciente, nos sentimos culpables porque algo no anda bien en nosotros, “¿qué habré hecho yo para merecer esto?”, aunque crea que no he hecho nada, no me dé cuenta o quizá no esté dispuest@ a reconocerlo. En realidad, es a la inversa, algo no anda bien porque nos sentimos culpables, pero eso está anclado más profundamente todavía en el inconsciente.  

Lo que importa, en principio, es, ¿qué puedo hacer yo con ese dolor o esa disfunción que me aqueja? En este mundo es normal que haya dolor y enfermedad, no es ningún crimen estar enfermo o tener dolor. Pero, ¿cómo lidiamos con él? ¿Cómo lidiamos mentalmente con el dolor?  

Tenemos la medicina occidental, la que llamamos convencional, la medicina alopática, que a menudo es muy necesaria con sus medicinas, tratamientos, intervenciones quirúrgicas, etc. Y que a veces parecen poner fin definitivo a algún mal o enfermedad corporal. A veces podría ocurrir así. Sin embargo, si hay algo que está pidiendo curación, se manifestará de algún otro modo hasta que esté sanado.  Inevitablemente, lo que nos está ocurriendo por dentro se va a ir manifestando, reflejando, ya sea a nivel corporal, energético, emocional o psicológico. La medicina tradicional India (ayurveda) y la China, dicen que cualquier manifestación física procede de la mente, después pasa al emocional, después al cuerpo energético y finalmente al físico. Pero no siempre lo notamos o le prestamos verdadera atención a la señal que nos está dando, hasta que llega al cuerpo y duele o presenta algún tipo de limitación, entonces sí, claro. 

Hay remedios más naturales, o alternativos que pertenecen al ámbito de la materia, como las dietas alimenticias, vitaminas, fitoterapia (plantas), por ejemplo. Hay otros energéticos como la Acupuntura o el Reiki, entre muchos otros. Existen otros tantos que son físico-energéticos, como el Yoga, el Tai-Chi, Shiatsu y otros tipos de masaje, y también algunas artes marciales y muchas otras formas más o menos conocidas. También hay terapias más enfocadas a lo emocional, Inteligencia Emocional, gestión de emociones, etc. Y por supuesto la Meditación y el Yoga que actúa desde el mental. Y otras terapias psico-emocionales como la Gestalt y otras muchas. Algunas incluso pueden combinar lo físico, energético, emocional y psicológico. Incluso terapias que se dicen espirituales, transpersonales o terapias del alma. Y claro que pueden funcionar en algún o en varios niveles, y a menudo lo hacen. 

Sin embargo, hablar de algo más o a un nivel más profundo, a veces en lugar de ayudar, podría empeorar, porque nos puede producir confusión, desconfianza, miedo, escepticismo y, en definitiva, puede ser contraproducente si no se está preparado para ello. Aunque, normalmente, cada un@ recibirá lo que tenga que recibir en cada momento y le ayude en su proceso. Y como he dicho algunas veces, si algo no te cuadra, lo sueltas o lo descartas, y ya está.   

Yo mismo, frecuentemente he escrito en mis artículos ya en esta dirección, sin interesarme para nada en el ocultismo, o dijéramos, lo paranormal. He hablado de la identificación con el cuerpo, del ego, de la percepción, del perdón y de bastante más. Y nos parece imposible que el dolor corporal tenga algo que ver con todo eso. Pero, por ejemplo, sin ir más lejos, recuerda que lo psico-somático cada vez está más comprobado. Además, tiene una lógica aplastante y todos lo vivimos de una manera o de otra, aunque no lo veamos o no lo queramos ver o abordar. Un@ se puede literalmente cagar de miedo, por ejemplo. Eso no quiere decir que cuando tengas miedo te lo hagas encima, pero si quiere decir que el miedo no puede dejar de tener sus consecuencias.  

Sin embargo, como digo con una cierta frecuencia, se puede estar teóricamente sanísimo y que todo esté bien en un chequeo y, aun así, estar amargado. Y en cambio se puede estar enfermo y estar en paz. Entonces ¿de dónde viene todo? La paz ¿está afuera o está adentro? ¿Depende de los acontecimientos externos, de lo que parezca pasar en tu vida, incluido tu cuerpo?   

Todos tenemos que hacer lo que creamos de tenemos que hacer, de hecho, no puede ser de otra manera. Incluso aunque no sepas qué hacer, acabarás haciendo o dejando de hacer aquello que tú quieras o creas, sea de forma consciente o inconsciente. Por mucho que creas que no has hecho lo que querías, o sí, lo único que importa es cómo decides tomártelo. 

Si lo que quieres hacer es evitar el dolor en la medida de lo posible, o acortar el tiempo de dolor o sufrimiento, mi experiencia es que hay que abordarlo en el nivel de la mente. Ni siquiera a nivel psicológico. Me refiero a la parte de la mente que puede decidir entre el ego y el Ser. Que es simplemente aprender a cuestionar nuestra percepción, cómo estamos viendo las cosas, cómo nos las tomamos. Ser un poco más consciente de nuestro mundo interior, nuestras relaciones, los resentimientos que guardamos, los juicios. ¿Crees acaso, por ejemplo, que negar o justificar tu odio (o tu falta de aprecio, si lo quieres llamar así) va a paliar los efectos que este tenga en ti?  ¿Crees que eso no afecta a tus sentimientos, emociones y a tu cuerpo al final o no tan al final? 

 Mientras no estamos en este punto (que no creemos o no nos queremos plantear nada de esto) aunque queramos estar o lo intentemos, si no estamos ahí pues no estamos, está bien tal como está, y es así por algo. Es de lo más importante, ser honest@. Sin esto no podemos dar el primer paso. De hecho, este es el primer paso. Entonces, hacemos lo que podemos, lo que creemos conveniente. Abordamos el nivel que estamos dispuestos a abordar, el físico, el de la materia, la medicina occidental, homeopática, naturista, oriental, energética, vibracional, o lo que sea que investigando o sin hacerlo llegue a ti. 

Es importante que no creas que has de decantarte solo por un método, podemos perfectamente medicarnos, por ejemplo, si eso nos ayuda, al tiempo que estamos entrenando nuestra mente a ver las cosas de otra manera. De hecho, normalmente, hasta que nos damos cuenta de que todo falla o que no es suficiente, no nos damos la vuelta a contemplar la posibilidad de abrirnos a un mundo que está dentro y nos espera. Ahí todas las respuestas se van obteniendo, dentro de ti. Pero ya sabes que es un camino, un entrenamiento mental, feliz en la medida que vamos soltando los miedos, las resistencias. Mientras tanto, como siempre, hacemos lo que sabemos, creemos, podemos y queremos, naturalmente. 

Buen camino hacia dentro compañer@ 

Om Shanti 

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