Retiro de Yoga, Claridad y Paz Interior 1 al 3 de marzo

Un retiro para que entres en ti y te abras a la claridad de tu mente y a la Paz de tu Corazón.

BLOG

man and woman boat rowing in sea during golden hour

Los tres pasos del verdadero perdón

Como continuación del artículo que publiqué hace dos semanas, “La negación y la proyección”, hablaré un poco sobre la respuesta a la pregunta ¿cómo deshago la culpa en mi mente una vez que la reconozco en mí? 

Pues la única forma verdaderamente efectiva, es empezar a estar dispuest@ a observar esa culpa que siento, con calma, sin juzgarme por ello. No utilizarla para hacerme daño. 

Entendamos por culpa todos los pensamientos que nos hacen sufrir. Como ya comenté en el artículo “¿Qué es el ego?” La culpa es realmente la suma total de nuestros sentimientos, creencias y experiencias negativas que hayamos tenido sobre nosotr@s mism@s. Así que la culpa puede ser cualquier forma de odio o rechazo a un@ mism@; sentimientos de incompetencia, fracaso, vació; sentimientos de que nos falta algo o de que carecemos de algo o de que algo está incompleto.  

Si estamos dispuest@s a hacer una labor de autoconocimiento, de auto observación, tan desapasionadamente y tranquilamente como podamos, podremos identificar y reconocer las creencias erróneas que alimentamos sin darnos cuenta, que tanto nos hacen sufrir y hacen sufrir a los demás. 

Lo que ocurre normalmente es que nos disociamos de las causas verdaderas del sufrimiento, y lo asociamos con una causa que en realidad no tiene nada que ver.  

Nada ni nadie puede hacernos daño, a no ser que se lo permitamos y si se lo permitimos, es justamente por el mecanismo (en principio inconsciente) de negación y proyección. 

Lo que en realidad acaba salvándonos es ese mismo mecanismo de proyección que utiliza el ego, reutilizado por el sistema de pensamiento de nuestro Ser verdadero. Es decir, si el ego te dice que proyectes en alguien lo que has negado en ti, lo que estás viendo en él, es lo que está en ti, en definitiva. Entonces el Ser te dice amorosamente, que si ves Luz en él/ella, podrás verdaderamente verla en ti. Si pasas por alto sus supuestos errores, que en realidad son los tuyos, podrás pasar por alto los tuyos y entonces solo quedará lo que Es, el Amor.  

Cuando nos demos cuenta de que no tenemos miedo del Amor, sino de lo que hemos hecho de Él, podremos volver a Él, a lo que Somos. Y en realidad a lo que nunca hemos dejado, ni podemos dejar de Ser. 

Entonces, la trampa del ego es que proyecto mi culpa y mi miedo en ti, y ni siquiera me doy cuenta de que estoy proyectando. Para deshacer eso, no puedo seguir proyectando, haciendo más de lo mismo. La solución está en recoger mi proyección, reconocer la culpa, el odio en mí y no juzgarlo, no juzgarme por ello, no darle realidad. Descartar la culpa en mí, puesto que no estoy separad@, la separación no existe ni puede existir, es solo un mal sueño que viene de un error de percepción. ¿Quiero seguir afirmando, creyendo que soy un hijo del ego, o quiero reconocer que lo único que necesito, soy y puede satisfacerme de verdad, es querer, aceptar y reconocer que soy un hijo del Amor? Si elijo al Amor, lo que verdaderamente soy ¿Qué me puede faltar?? 

De hecho, el primer paso del verdadero perdón, aquel que realmente me libera, es darme cuenta, reconocer que el problema no está afuera (en nadie, ni en nada que forme parte del mundo, ni siquiera en mi cuerpo-persona o en lo que he hecho o dejado de hacer). Reconozco que el problema está en mi mente (donde verdaderamente puede soltarlo, si quiero), en mi forma de percibir. La ira, el juicio o la crítica no está justificada, solo es una decisión que he tomado (que todavía permanece en mi inconsciente), para proyectar mi culpa. La culpa no está en ti, está en mí mism@. La solución, la Guía interna de Luz, no está afuera, está dentro, en nuestra mente. 

El segundo paso que es el más difícil, es mirar mi propia culpa y todos los sentimientos de odio que tengo hacia mí mism@. Reconozco que verme culpable es una decisión que tomo para no verme como un hijo del Amor, y verme, así, como un hijo del ego. No hay nada que hacer si no miro mi propia culpa y admito que esto no es lo que yo soy. No puedo hacer esto mientras no mire a alguien más y diga realmente: “Tú no eres lo que yo he hecho de ti, tú eres realmente lo que el Amor creó”. Entonces puedo reconocer que yo soy un hijo del Amor, y no un hijo del ego, del miedo. Ya no quiero la culpa. 

En el tercer paso lo único que puedo escoger es invitar al Guía interno de Luz para que corrija el sistema de pensamiento del ego. Él ya ha quitado la culpa, lo único que puedo hacer es aceptarlo. 

El mismo Guía con el que hago todos estos pasos, ya que, sin Él, yo (identificado con el ego) no podría darlos en absoluto. 

Bueeno, jeje, uf…. 

Recuerda que todo esto, es, en principio, una dinámica inconsciente. Solo si de alguna manera te resuena, podrás utilizarlo, cuando tú quieras, para tu beneficio. Siempre con mucha calma, y con tanta amabilidad contigo mism@ como puedas en cada momento. Recordando que pase lo que pase, esta paciencia contigo mism@, es lo más importante, lo que más nos va a hacer avanzar, dejando atrás el sufrimiento en cualquiera de sus formas. Con mucha calma y con constancia. 

Buen camino compañer@ 

Nada real puede ser amenazado. 

Nada irreal existe. 

En esto radica la Paz verdadera 

¡Hola!

Si quieres pertenecer a mi lista de difusión, para recibir contenido de calidad gratuito que publico todos los lunes por WhatsApp, dale click al botón de abajo para confirmarme y decirme tu nombre y apellido. ¡Gracias!

2 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
Hola, Si necesitas ayuda puedes escribir
Hola
Aqui estoy si quieres saber algo